Quien no conoce La Graciosa no sabe lo que se pierde. Hace varios años que fui por primera vez y, como todo el que la visita, me quedé enamorado de la isla. Saliendo desde Tenerife, volando hasta Lanzarote, luego guagua hasta Orzola (pueblo pesquero al norte de Lanzarote) y posteriormente en barco hasta llegar al muellito de Caleta de Sebo. Vale la pena cada segundo del viaje en el mismo momento que pones pie en la isla.
Con sus 300 habitantes, la isla ha crecido desde la última vez que estuve, o esa fue mi impresión. Está de moda, es un lugar idílico y se nota.
Celebrar una boda en La Graciosa no es tarea fácil, pero Patry y Dani, junto a su familia, se desvivieron por hacer hasta el último detalle. Una verdadera boda hand-made, desde el primer clavo hasta la última bombilla. Ellos viven en Madrid, lo cual complica aún más todos los preparativos, por eso me quedé maravillado con el cariño y el detalle que dedicaban al más mínimo espacio de la boda.
La ceremonia se celebró en la playa de La Francesa, a la que había que acceder en 4×4 ya que en toda la isla no hay ni un metro de asfalto. Una ceremonia preciosa a la orilla del mar. Después del almuerzo y de muchas risas salimos hacia la montaña de El Mojón al atardecer desde donde se divisa toda la isla, para terminar en la playa de Las Conchas para acabar allí la fiesta.
Muchas felicidades a Patry y a Dani y muchísimas gracias por dejarme disfrutar junto a ustedes de unos maravillosos días en mi isla preferida.
Increíble!!! Que boda mas bonita y sencilla y… Pfff me encantó! Y el reportaje una pasada! Enhorabuena!
Ainssss preciosa boda! preciosa locación! preciosas tomas! TODOOOOOOOO